Estaban en un velorio y el marido de la mujer muerta grita y dice en voz alta:
– Destápenla, destápenla.
Y un borracho se levanta y dice:
– Destápenla, que yo la pago.
Estaban en un velorio y el marido de la mujer muerta grita y dice en voz alta:
– Destápenla, destápenla.
Y un borracho se levanta y dice:
– Destápenla, que yo la pago.