Este hecho insólito que veréis en el siguiente vídeo fue grabado por un vecino desde lo alto de su edificio. Durante una granizada en la ciudad de Mar de Plata, un pobre infeliz con el cerebro embotado intenta proteger su bien más preciado, el techo de su coche, con su propio cuerpo para que no se abolle. Si esto ya de por sí es absurdo, la idiotez llega al punto de los movimientos de hace para, supongo, ocupar más espacio. ¿Se puede ser más idiota?

Pero es que además otro Einstein viene en su ayuda con una manta, pero no penséis que este es más inteligente, pues se pone a jugar con ella sobre el capó del coche.