En ocasiones no le quedará más remedio que atender a su niño mientras su esposa está ausente. Memorice a conciencia estos consejos ya que algún día le serán de utilidad.
-. Alimentación .-
Aunque le parezca mentira, su bebé no puede alimentarse con las sobras del aperitivo que se zampó anoche mientras veía el partido. A pesar de salir más económico que los potitos de los cojones no es nada aconsejable tener al crío dando saltos por el salón o vomitando en las esquinas… recuerde que en cualquier momento podría llegar su esposa y encontrar al niño [con la birra en la mano] mientras usted y sus amigotes se están partiendo el culo. Si todavía no está muy seguro, piense en su futuro: adiós “Partido del Sábado”, hola “Salsa Rosa”.
-. Higiene .-
Es conveniente que limpie a su hijo de vez en cuando… deje de reprender al perro y fíjese bien en que ese olor desagradable proviene de la cuna. Exacto, el tufo proviene concretamente del pañal del niño, así que déjelo al cuidado del perro un instante mientras vuelve al contenedor de basura y recupera la cuna. No se preocupe, seguro que el perro lo cuida mejor que usted. Sería demasiado complicado explicarle las instrucciones para cambiar el pañal y quizá el niño ya [sepa utilizar el inodoro] para cuando usted las aprenda. Mejor llévelo al jardín y use la manguera de lavar el coche. Si hace frío, póngalo en [la pileta de la cocina] y así de paso friega los platos que ha estado amontonando durante días, cochino. Un truco: si lo deja ahora sin pañal ahorrará dinero y el próximo manguerazo le dará menos trabajo. Sí, no se asuste, es muy probable que en las próximas horas vuelva a defecar. Deje de llorar y acéptelo.
-. Atenciones .-
No es buena idea dejar al bebé en la calle mientras entra al bar a tomarse una copa. Si alguien decide emular su método de aparcar directamente sobre la acera lo podría [atropellar] y le echarían a usted la culpa. Ya sabe cómo son los jueces para estas naderías. Mucho más práctico sería llevárselo con usted al bar y utilizarlo para atraer a estúpidas maduritas de buen ver con las que serle infiel a su esposa. No deje que le hagan [demasiados mimos] pues el bebé podría llorar y acabar apoderándose del voluptuoso pecho que usted tanto ansía si esa imbécil se cree que lo que el niño quiere es comer. Hágase a la idea, el bebé ya ha deformado el cuerpo de su mujer, le chupa las tetas muchas más veces que usted y con el tiempo se quedará con su Escalextric, su videoconsola y la colección de revistas porno que esconde sobre el armario. Así que no permita que le robe también a sus posibles amantes.
-. Educación sexual.-
A los niños les despierta la [curiosidad] en su más tierna infancia… éste es el momento que había estado esperando para poder enseñarle todos sus conocimientos. Déjese de remilgos y recuerde no decirle todas esas estupideces que le contaron a usted a su edad, como lo de la abejita y las putas florecillas, pues cinco minutos ante la tele a eso de las diez de la mañana le bastarán para que [sepa muchísimo más] de lo que usted sabía a los veinte años. Y por encima hacerle quedar como un mentiroso. Sea directo, explíquele qué es un coño y una polla, su forma de uso y el gustazo que da, muéstrele cómo seducir a las jovencitas hasta poder [meterse en sus bragas] y los mejores métodos para [ser infiel]. No desespere aunque ahora no parezca hacerle ni puto caso, ahí en el suelo jugando con su Lego: en pocos años lo recordará todo de golpe y dedicará a ello el resto de su vida.
-. Últimos consejos .-
Acostúmbrelo a realizar [ejercicio físico] y practicar todo tipo de deportes. Cuántos más éxitos coseche su hijo en esta faceta más podrá luego usted fardar con sus amigotes en el bar. Al fin y al cabo, si va a tener que mantenerlo de todos modos hasta los cuarenta años, que le dé al menos alguna satisfacción a cambio.
Asegúrese también de proporcionarle un vehículo propio cuanto antes. Así se verá obligado a buscarse un empleo para mantener la vespino cuando usted le cierre el grifo y aprenderá lo que es la [responsabilidad]. Por otro lado, el gasto inicial se compensa con creces con lo que se ahorrará en no pagarle el permiso de conducir… y no tener que llevar el coche al taller todas las semanas para reparar abolladuras y espejos rotos, ni acercarlo al lavadero para que le limpien la lefa de los asientos.