Dos niños montan en un triciclo tan deprisa que caen al suelo. Llorando la niña se baja las braguitas y le muestra a su amiguito dónde le duele. Mario se agarra la cabeza y exclama:
-Dios mío! ¡Vamos rápido a casa a contárselo a tu mamá, te lo has cortado todo.