Jesucristo vuelve a la Tierra y nadie cree en su identidad.
-¡Sólo si realizas tres milagros te creemos! ¡Resucita un muerto! Extendiendo la diestra, un muerto se alza.
-¡Convierte el agua en vino! Y lo hace.
-Camina sobre las aguas. Comienza a caminar sobre las aguas del río, y… ¡glu, glu…! Medio sofocado, Jesucristo sale del río, y se lamenta:
-¡Me había olvidado que tengo los pies agujereados!