Dos turistas políticos entran en un restaurante y piden albóndigas, pero en cada plato encuentran una tan dura que no se puede comer. Llaman al camarero:
-Oiga, estas dos albóndigas no se pueden comer.
-Es que son dos micrófonos.
Dos turistas políticos entran en un restaurante y piden albóndigas, pero en cada plato encuentran una tan dura que no se puede comer. Llaman al camarero:
-Oiga, estas dos albóndigas no se pueden comer.
-Es que son dos micrófonos.