-¡Mamá, mamá! ¿Es verdad que la gente entra al cielo primero con los pies?
-¿Por qué me haces esa pregunta?
-Rosita, la criada, está en la cama con las dos piernas hacia arriban y gritando: “¡Dios mío… Estoy en el cielo… Ya llegó…!” Y estoy seguro de que se ha ido al cielo, porque papá está acostado encima de ella, y no deja de cogerla con todas su fuerzas.