Un judío que le dice a su hijo:
– Anda, Alberto, ve a decirle al vecino que nos preste el martillo para clavar un clavo.
Albertito va con el vecino y vuelve enseguida.
– Papá, dijo el vecino que no nos puede prestar el martillo, porque se le gasta.
– ¡Desgraciado! , hay que ver lo tacaños que son algunos. ¡Bah!. Bueno, anda y saca el nuestro entonces.
Un judío que está arrancando el papel tapiz de su casa, es visitado por un amigo.
– ¿Redecorando la casa?
– No. De mudanza.
¿Qué hace un judío si tiene frío?
– Se pone al lado de la estufa
¿Y si tiene mucho frío?
-La enciende.
¿Qué diferencia hay entre un judío que con la edad se queda calvo, y cualquier otro hombre al que le sucede lo mismo?
– Que el otro se compra bisoñé y el judío vende el peine.
Un judío que le ha prometido a su hija un viaje en avioneta como regalo de cumpleaños, está negociando con un piloto acrobático:
– ¿Cuánto me cobra por dar un paseo de una hora?.
– Quinientos pesos
– ¡Uff!, eso es mucho dinero, ¿Y si solo es media hora?
– Por media hora, doscientos cincuenta
– ¿Doscientos cincuenta?, ¿no tiene nada más barato?
– Pues mire, podemos hacer un trato. Si usted se sube a la avioneta y es capaz de estar completamente callado durante todo el vuelo, no le cobro ni un peso.
– ¡Hecho!
Suben los tres y el piloto empieza a hacer piruetas, rizos, caídas en picada, el avión boca arriba, boca abajo… y el judío mudo. Por fin se cansa el piloto y aterriza.
– ¡Oiga!, me tiene usted asombrado. Mire que hice cosas peligrosas con la avioneta y usted no pronuncio ni una palabra.
– Si quiere que le diga la verdad… estuve a punto de gritar cuando se cayó mi hija…
Un judío hablando a su hijo:
– Este reloj perteneció a al tatarabuelo de mi tatarabuelo, pasó luego a manos de mi bisabuelo, de mi bisabuelo a mi abuelo, de mi abuelo a mi padre, de mi padre a mí y ahora quiero que pase a tí… Te lo vendo!!!!!.
Había un judío que tomaba las fotos solo del cuello para abajo…. para que no le salieran ‘caras’.
Un judío va al periódico a poner un anuncio de la muerte de su esposa. Llega y le dice a la secretaria:
– Quisiera un anuncio de defunción.
– ¡OK!. ¿Qué va a decir?
– ” Murió Ana”.
Sorprendida la secretaria le dice:
– ¿Sólo eso?… Señor, ¿cómo va a poner ” Murió Ana”?, ¿si la tarifa es igual por 2 o por 6 palabras?.
El judío responde:
– ¡Ah!, entonces ponga: ” Murió Ana, Vendo ropa de mujer, baratita, nomas “.