Mamá, dice la niña pequeña. Es el recaudador de impuestos.
– Muy bien, cariño, ya voy, le responde la madre desde la cocina.
Se amable: ofrecele una silla al señor.
– Pero mamá, ¡las quiere todas!
Mamá, dice la niña pequeña. Es el recaudador de impuestos.
– Muy bien, cariño, ya voy, le responde la madre desde la cocina.
Se amable: ofrecele una silla al señor.
– Pero mamá, ¡las quiere todas!