– “Abuelito ¿Cuál es su último deseo al morir?”
– “Que me cremen y mis cenizas se rieguen en todas las casas de las mujeres que amé…”
– “¿Y esa ocurrencia abuelo?”
– “Será el último polvo que les eche a todas.”
– “Abuelito ¿Cuál es su último deseo al morir?”
– “Que me cremen y mis cenizas se rieguen en todas las casas de las mujeres que amé…”
– “¿Y esa ocurrencia abuelo?”
– “Será el último polvo que les eche a todas.”
Va por la carretera la caravana de fornidos y bigotudos motociclistas en sus poderosas, enormes y negras Harley-Davidson cuando de pronto ven a una chica a punto de saltar de un puente al río.
Se detienen y el líder, particularmente corpulento y de aspecto rudo, desmonta, se dirige a ella y le pregunta:
– “¿Qué diablos se supone que estás haciendo?”
– “Voy a suicidarme”, responde suavemente la delicada muchacha con voz cadenciosa y gesto fatal.
El motociclista piensa unos segundos y finalmente le dice:
– “Bueno, antes de saltar, ¿por qué no me das un beso?”
Ella asiente, se hace a un lado su larga y rizada cabellera y le da un largo, apasionado, sabio beso en la boca. Después de esa intensa experiencia, la tribu de motociclistas aplaude, el líder tiene que recuperar el resuello, se alisa la barba y al cabo admite:
– “Ese fue el mejor beso que me han dado en mi vida. Es un verdadero talento el que se perderá si te suicidas. ¿Por qué quieres matarte?”
– Porque a mis padres no les gusta que me vista de mujer.
Entra un tío en un banco, encapuchado con una media en la cabeza y con una metralleta del calibre 14. Pega un ostión a la puerta y empieza a gritar desesperao:
– Me cago en la puta, todo el mundo al suelo, esto es un atraco! Ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta (vamos, que se lia a disparar contra el techo, ante el acojone de los presentes). A ver, quiero toda la pasta de la caja ahora mismo, cagondios! Ra-ta-ta-ta-ta. !Que no se mueva nadie o no respondo, hostia puta, venga ese dinero! Tú, cajera de mierda, dame toda la pasta! !Ahora! Ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta.
La cajera, acojonada, traga saliva…, respira hondo…, se santigua y se dirige amablemente al chorizo:
-Oiga…, que… es que… esto no es..no es lo que usted cree…
El atracador:
– ¡No me vengas con gilipolleces! Hostia!, ¿Qué dices?,¿Qué pasa?
La cajera:
-Es que… esto… esto no es un banco como los demás…
Y el atracador:
– ¡Qué coño quiere decir que no es un banco como los demás! !No me jodas, cagonlaputa, venga esa pasta, de una vez! Ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta.
Y la cajera, intentando sonreír:
– No puede ser… (glups)…, aquí no…aquí es que no hay dinero…Esto es un banco de semen…
El atracador se sale de los nervios:
– !Pero qué coño! !Me cagonlarreputa! Ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta. ¡Pues no te jode la tía…¿A ver, ¡y qué leches tenéis en esos cajones?
La cajera, algo mas serena:
– Son… muestras de semen. Abre el cajón y le enseña una serie de probetas llenas del liquidillo.
El chorizo se queda pensativo, y al rato le dice:
– ¡¡¡Pues ahora te vas a beber una, cagon la puta! ya!!!
Nuevo careto de pánico de la cajera:
– Pero…
– !Que te bebas una ahora mismo, hostia! Ra-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta! No me pongas nervioso y obedece! Ra-ta-ta-ta-ta-ta!
La tía empieza a llorar…, se vuelve a santiguar…, coge la probeta…, la mira., mira al atracador…
– ¿A qué esperas?!Bébetela ya de una puta vez!
Ella suspira, se tapa la nariz, cierra los ojos… y se bebe la probeta de un trago (en plan p’adentro)
El chorizo la mira a los ojos, se quita la media de la cabeza, se acerca a ella, y le dice muuuuy suavemente:
-¿Lo ves, Amparín, cariño, como cuando quieres, puedes?
Es la historia de un hombre que entra en una tasca y bebe cervezas.
Cada vez que termina una caña, saca una foto del bolsillo, la mira y pide otra.
Llevaba ya 4 cañas cuando el camarero, intrigado, le preguntó que por qué después de cada cerveza miraba la foto.
El hombre le contestó que era la foto de su mujer y que cuando empezaba a encontrarla guapa comprendía que era hora de irse a casa.
Mira la foto bien….
En una demanda de divorcio, el juez pregunta a la demandante:
– Señora, está segura de lo que está pidiendo, ¿quiere el divorcio por COMPATIBILIDAD DE CARACTERES?. ¿No será lo contrario?
La mujer contesta:
– No Sr. Juez! Es por COMPATIBILIDAD.
A mi me gusta el cine, a mi marido también!
Me gusta ir a la playa, a él también!
Me gusta ir al teatro, a él también!
A mi me gustan los hombres, a él también!