Había tres amigos que todos los días llegaban a un bar y decían:
– ¡Cantinero, danos tres tequilas!
Un día llegó sólo uno al bar, y le dijo al cantinero:
– ¡Cantinero, dame dos tequilas!
Al siguiente día volvió a llegar el mismo, y le dice al cantinero:
– ¡Cantinero, dame dos tequilas!
A lo que el cantinero le pregunta:
– ¿Ahora viene usted solo?
Y el señor le contesta:
– Así es.
– ¿Y por qué toma sólo dos tequilas?, le pregunta el cantinero.
A lo que el señor le responde:
– Los tomo por mis amigos, es que yo ya no tomo.