El pasado fin de semana, estando filosofeando con unos cuantos amigos en nuestro bar habitual,
uno de los presentes comentó que en algún lugar había leído que la cerveza contenía hormonas femeninas.
Tras reírnos en un principio, decidimos seriamente investigar y poner a prueba esta hipótesis.
A continuación, y sólo por interés científico, nos tomamos cada uno unas veinte cervezas.
Al final del experimento pudimos confirmar fehacientemente que la cerveza Cruzcampo contiene hormonas femeninas.

Razones:

1. Todos engordamos.
2. Todos hablamos más de la cuenta sin un contenido lógico o razonable.
3. Ninguno pudimos conducir como Dios manda, y no hablemos de aparcar.
4. Ninguno podíamos razonar con lógica.
5. Ninguno podíamos reconocer nuestros errores, incluso cuando estos eran evidentes.
6. Cada uno de nosotros se creía que era el centro del universo.
7. A todos nos dolía la cabeza y a ninguno le apetecía “sexo”.
8. No sabíamos ni podíamos controlar nuestras emociones.
9. Todos íbamos siempre cogidos de la mano o abrazados, para apoyarnos mutuamente.
10. Todos nos vimos en la necesidad de acudir cada cuarto de hora al WC, y en ocasiones todos a la vez.