– ¿Mi amor, a ti en qué animal te gustaría reencarnarte?
– Bueno, nunca lo había pensado, pero me gustaría ser perro.
– ¡No, no se vale repetir!
– ¿Mi amor, a ti en qué animal te gustaría reencarnarte?
– Bueno, nunca lo había pensado, pero me gustaría ser perro.
– ¡No, no se vale repetir!
Va corriendo el marido a la cocina donde se encuentra su esposa, y le dice:
– Mi amor, mi amor, hace media hora que tu mamá se cayó de la azotea.
– ¿Por qué me avisas a esta hora?
– Es que de la risa, recién ahora puedo hablar.