Se acerca el niñito a su mami y le pregunta:
– Mamita, ¿Tú crees en los angelitos?
– Por supuesto mi hijito.
– ¿Y es cierto que los angelitos vuelan?
– ¿Por qué lo preguntas hijito?
– Es que ayer oí a mi papi que le decía a la sirvienta “vengase conmigo mi angelito”.
– Ven conmigo a ver a la sirvienta, y veras como ahorita sale volando.
Diálogo en el ancianato
Tres hombres conversan sobre los achaques de la edad y el más joven de ellos, sesentón ya, dice:
– No hay peor edad que los 60… Sientes en todo momento que tienes ganas de mear y la mayor parte del tiempo estás parado y… ¡no sale nada!
– ¡Ja! Eso no es nada… Cuando tengas 70 no vas a mover el vientre jamás.
Tomas laxantes, comes fibras, te sientas en el baño todo el día y… ¡nada!” -le sale al cruce su amigo de setenta-
– Perdón, pero la peor edad son los 80 -les replica el octogenario-
– ¿Tienes problemas para orinar, también? -pregunta el de sesenta-
– ¡No! Orino todas las mañanas a las 6 en punto. Meo sin problemas como un caballo en el campo. Sin historias…
– ¿Problemas con la evacuación del vientre?
– ¡No! Un relojito: todas las mañanas a las 6:30.
– Si orinas todos los días a las 6 y vas de cuerpo a las 6:30, ¿qué es lo terrible de los 80?
– ¡Que no me despierto hasta las 7!
Había una vez un niño
Había una vez un niño tan feo, pero tan feo, que cuando nació el doctor no sabía si meterlo en una incubadora o en una pecera.
Una ranita va a cruzar la calle y dice…
Una ranita va a cruzar la calle y dice:
– A mí no me arrolla un carro, a mí no me arrrrrrrrrrrr…