Una pareja contrae matrimonio por la mañana. Al atardecer, el marido vuelve a casa de su madre, que le pregunta, extrañada:
-Pero, hijo, ¿dónde está tu esposa?
-Mira mamá, la he dejado porque era virgen.
-¡Muy bien hecho, hijo mio! ¡Lo que los demás no quieran, tú tampoco lo has de aceptar!