En el tren, una señora pregunta al revisor:
– ¿Podré bajar en la próxima estación?
El revisor medita un instante y le dice:
– Inténtelo pero baje con cuidado porque el tren no para en esa estación.
El revisor medita un instante y le dice:
– Inténtelo pero baje con cuidado porque el tren no para en esa estación.